Nuevamente HOLA, no me quedó claro si también había que mandar el Reporte de Lectura por este medio, lo envío sin embargo, para no cometer un error de omisión:
LOS SIETE SABERES NECESARIOS
Edgar Morin
El documento plantea la educación como “La fuerza del futuro”, y en ese sentido, se pugna por un nuevo concepto de educación para un futuro viable. Este nuevo concepto, de acuerdo con el autor, conlleva siete saberes básicos, cada uno de los cuales se va abordando en cada uno de los capítulos que integran la obra:
Necesidad del conocer sobre el conocer para evitar errores e ilusiones. El conocimiento no es un espejo de la realidad, en el proceso de conocer subyacen errores de percepción o intelectuales que hacen caer en la ilusión. La racionalidad, que debiera ser la mejor barrera contra el error, puede pervertirse en racionalización, y de esta forma, a través de su constitución en un paradigma que usa conceptos maestros, operaciones lógicas y axiomas excluyentes, promueve un conformismo cognitivo que, aunado al imprinting y la normalización, provoca ilusiones difíciles de atacar.
Necesidad de un conocimiento que permita abordar problemas globales. Hay una inadecuación entre los saberes desunidos producidos por la racionalización dominante (caracterizada por la disyunción, reducción y falsedad), y la realidad que es polidisciplinaria y compleja. Para que un conocimiento sobre el mundo sea pertinente deberá tomar en cuenta el contexto, lo global, lo multidimensional y lo complejo, a partir del desarrollo de una inteligencia general que resuelva preguntas esenciales, haciendo uso de la curiosidad.
Enseñar la condición humana. Entender esta condición implica a la vez entender la condición cósmica, física y terrestre del hombre. El concepto de hombre tiene un doble principio: uno biofísico y uno psico-socio-cultural, en consecuencia lo humano es biológico y cultural (unidualidad originaria). La condición humana evidencia tres tipos de bucles: cerebro-mente-cultura, razón-afecto-impulso e individuo-sociedad-especie. En lo humano se expresa lo único pero también lo diverso, además, lleva en sí, de manera bipolarizada, los caracteres antagónicos sapiens-demens, faber-ludens…
Enseñar la historia de la era planetaria (identidad racional). Para entender el mundo se necesita de un pensamiento policéntrico. La era planetaria se abre y se desarrolla en y por la violencia, el mundo se vuelve cada vez más un todo en el que hay desigualdad, la era planetaria engloba pero también parcela. El S. XX ha legado dos barbaries: guerra y racionalización que han incluido armas nucleares, muerte ecológica, propagación de virus y bacterias, drogas…sin embargo, el ser humano posee recursos inagotados para crear, las contracorrientes (ecológica, cualitativa, de resistencia a la vida prosaica, etc.) son expresión de esa creatividad, así mismo se puede contar también con las inacabables fuentes de amor y confiar en las posibilidades cerebrales.
La enseñanza de las incertidumbres. En el S. XX se ha tomado conciencia de la incertidumbre. La historia avanza a través de desviaciones que desorganizan el sistema reorganizándolo. La historia no constituye una evolución lineal, conoce turbulencias, bifurcaciones, desviaciones…por tanto, la educación debe volver sobre las incertidumbres, saber que hay un posible aún invisible, que el conocimiento es una aventura incierta y que cuando se realiza una acción hay que tener en cuenta el riesgo (ecología de la acción). Los efectos a largo plazo de una acción son impredecibles. Hay, sin embargo, dos vías para enfrentar la incertidumbre de la acción: la conciencia de la apuesta y la estrategia.
Enseñar la comprensión. Se distinguen aquí la comprensión intelectual (pasa por la inteligibilidad, la explicación es necesaria) y la comprensión humana (sobre pasa la explicación, comporta un conocimiento sujeto a sujeto). La comprensión tiene varios obstáculos: ruido, polisemia, ignorancia de los ritos y costumbres, incomprensión de los valores, etc., pero sobre todo…la indiferencia, egocentrismo, etnocentrismo y sociocentrismo. La educación entonces debe enseñar una ética de la comprensión, entendida ésta como el arte de vivir que nos pide comprender de manera desinteresada.
Enseñar la antropoética y la ciudadanía terrestre. La cultura emerge de las interacciones entre los individuos en una sociedad, a través de ella el bucle individuo-sociedad-especie cobra un sentido completo. En esta tríada emerge la conciencia y con ella la antropoética que implica: asumir la humana condición individuo-sociedad-especie, lograr la humanidad de nosotros mismos, asumir el destino humano, asumir la misión antropológica del milenio. A su vez enseñar la ciudadanía terrestre implica enseñar la democracia pues esta permite la relación rica y compleja de individuos.
Saludos. EDITH
LOS SIETE SABERES NECESARIOS
Edgar Morin
El documento plantea la educación como “La fuerza del futuro”, y en ese sentido, se pugna por un nuevo concepto de educación para un futuro viable. Este nuevo concepto, de acuerdo con el autor, conlleva siete saberes básicos, cada uno de los cuales se va abordando en cada uno de los capítulos que integran la obra:
Necesidad del conocer sobre el conocer para evitar errores e ilusiones. El conocimiento no es un espejo de la realidad, en el proceso de conocer subyacen errores de percepción o intelectuales que hacen caer en la ilusión. La racionalidad, que debiera ser la mejor barrera contra el error, puede pervertirse en racionalización, y de esta forma, a través de su constitución en un paradigma que usa conceptos maestros, operaciones lógicas y axiomas excluyentes, promueve un conformismo cognitivo que, aunado al imprinting y la normalización, provoca ilusiones difíciles de atacar.
Necesidad de un conocimiento que permita abordar problemas globales. Hay una inadecuación entre los saberes desunidos producidos por la racionalización dominante (caracterizada por la disyunción, reducción y falsedad), y la realidad que es polidisciplinaria y compleja. Para que un conocimiento sobre el mundo sea pertinente deberá tomar en cuenta el contexto, lo global, lo multidimensional y lo complejo, a partir del desarrollo de una inteligencia general que resuelva preguntas esenciales, haciendo uso de la curiosidad.
Enseñar la condición humana. Entender esta condición implica a la vez entender la condición cósmica, física y terrestre del hombre. El concepto de hombre tiene un doble principio: uno biofísico y uno psico-socio-cultural, en consecuencia lo humano es biológico y cultural (unidualidad originaria). La condición humana evidencia tres tipos de bucles: cerebro-mente-cultura, razón-afecto-impulso e individuo-sociedad-especie. En lo humano se expresa lo único pero también lo diverso, además, lleva en sí, de manera bipolarizada, los caracteres antagónicos sapiens-demens, faber-ludens…
Enseñar la historia de la era planetaria (identidad racional). Para entender el mundo se necesita de un pensamiento policéntrico. La era planetaria se abre y se desarrolla en y por la violencia, el mundo se vuelve cada vez más un todo en el que hay desigualdad, la era planetaria engloba pero también parcela. El S. XX ha legado dos barbaries: guerra y racionalización que han incluido armas nucleares, muerte ecológica, propagación de virus y bacterias, drogas…sin embargo, el ser humano posee recursos inagotados para crear, las contracorrientes (ecológica, cualitativa, de resistencia a la vida prosaica, etc.) son expresión de esa creatividad, así mismo se puede contar también con las inacabables fuentes de amor y confiar en las posibilidades cerebrales.
La enseñanza de las incertidumbres. En el S. XX se ha tomado conciencia de la incertidumbre. La historia avanza a través de desviaciones que desorganizan el sistema reorganizándolo. La historia no constituye una evolución lineal, conoce turbulencias, bifurcaciones, desviaciones…por tanto, la educación debe volver sobre las incertidumbres, saber que hay un posible aún invisible, que el conocimiento es una aventura incierta y que cuando se realiza una acción hay que tener en cuenta el riesgo (ecología de la acción). Los efectos a largo plazo de una acción son impredecibles. Hay, sin embargo, dos vías para enfrentar la incertidumbre de la acción: la conciencia de la apuesta y la estrategia.
Enseñar la comprensión. Se distinguen aquí la comprensión intelectual (pasa por la inteligibilidad, la explicación es necesaria) y la comprensión humana (sobre pasa la explicación, comporta un conocimiento sujeto a sujeto). La comprensión tiene varios obstáculos: ruido, polisemia, ignorancia de los ritos y costumbres, incomprensión de los valores, etc., pero sobre todo…la indiferencia, egocentrismo, etnocentrismo y sociocentrismo. La educación entonces debe enseñar una ética de la comprensión, entendida ésta como el arte de vivir que nos pide comprender de manera desinteresada.
Enseñar la antropoética y la ciudadanía terrestre. La cultura emerge de las interacciones entre los individuos en una sociedad, a través de ella el bucle individuo-sociedad-especie cobra un sentido completo. En esta tríada emerge la conciencia y con ella la antropoética que implica: asumir la humana condición individuo-sociedad-especie, lograr la humanidad de nosotros mismos, asumir el destino humano, asumir la misión antropológica del milenio. A su vez enseñar la ciudadanía terrestre implica enseñar la democracia pues esta permite la relación rica y compleja de individuos.
Saludos. EDITH