INTRODUCIENDO LA COMPLEJIDAD EN EDUCACIÓ

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Los problemas sociales, por su complejidad, no pueden ser atendidos desde una perspectiva unidimensional y disciplinaria, sino que requieren de un esquema de pensamiento multi, inter y transdisciplinario que articule a los distintos campos de conocimient


    LA INVESTIGACIÓN DESDE LA COMPLEJIDAD

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    EDITH LINARES ALEMÁN


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    Fecha de inscripción : 31/10/2011

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    Mensaje  EDITH LINARES ALEMÁN Mar Ene 17, 2012 12:04 pm

    UNIVERSIDAD DE LA CIÉNEGA DE MICHOACÁN DE OCAMPO
    DOCTORADO EN INNOVACIÓN PEDAGÓGICA Y CURRICULAR
    CURSO: OPCIONAL "INTRODUCIENDO LA COMPLEJIDAD EN EDUCACIÓN"
    ASESOR: DR. PEDRO CORTÉS RODRÍGUEZ
    ALUMNA: EDITH LINARES ALEMÁN

    LA INVESTIGACIÓN DESDE LA COMPLEJIDAD
    Realizar un proceso de investigación implica de inicio el planteamiento de una serie de cuestionamientos que posibiliten la reflexión en torno a situaciones que van a permitirnos darle un sentido claro a lo que hacemos, especialmente si trabajamos desde un enfoque con el que tenemos poca experiencia, como lo es la complejidad.

    Dichos cuestionamientos tienen que ver, primero, con el origen y la noción del saber: ¿qué es el saber?, ¿cuál es su origen?, ¿qué visiones del saber han prevalecido?, ¿con qué consecuencias?, ¿por qué es necesario plantear una crítica a la noción del saber?, ¿cuál es el significado que se comparte desde la posición que asumimos como investigadores?...; segundo, habría que preguntarnos sobre el paradigma de investigación desde el que pretendemos trabajar y específicamente sobre la forma de hacer investigación que se propone desde el mismo, en el caso que nos ocupa: ¿qué es la complejidad?, ¿cuáles son sus principios básicos?, ¿cómo se entiende el método desde esta forma de pensamiento?...; tercero, cuestionamientos que versen sobre los fines de la investigación: ¿investigación para qué?, ¿cuáles son los fines que como educadores pretendemos alcanzar a través de la investigación que realizamos?, ¿a qué escenarios futuros queremos contribuir con lo que hacemos?...; cuarto, tendríamos que voltear la mirada a las formas didácticas específicas que nos ayuden a entender las dinámicas de los procesos educativos en esta visión compleja, en este sentido habría que preguntarnos sobre cuestiones curriculares: ¿qué características ha tenido el diseño curricular predominante hasta hoy en los diferentes niveles educativos?, ¿con qué repercusiones?, ¿cómo entender una nueva forma de diseño curricular?, ¿qué propuestas innovadoras existen en este campo y cómo podemos contribuir para que se sigan generando otras?..; finalmente tendríamos que preguntarnos sobre los obstáculos y nuevas formas de pensar, en primera instancia relacionados con el hacer y la organización en las escuelas, y en seguida con la conformación de una cultura general que posibilite diferentes maneras de relación social.

    Obviamente no pretendo con este pequeño ensayo responder los cuestionamientos planteados, más bien mi intención primaria es realizar un ejercicio intelectual que me permita ubicar las reflexiones que hasta el momento hemos realizado con los compañeros y asesores del Doctorado en Innovación Pedagógica y Curricular, específicamente desde el curso opcional “Introduciendo la complejidad en educación”, trabajado bajo la dirección del Dr. Pedro Cortés, en aras de fortalecer el proceso investigativo que hemos iniciado en el marco de este doctorado desde el ciclo escolar pasado.

    Para el primer bloque de preguntas me gustaría aludir al documento de Carlos Delgado Hacia un nuevo saber, que nos habla de que a partir de la modernidad se privilegió a la razón como principio de legitimación del saber, ésta organiza y da sentido al mundo, el sujeto se reduce a ella. Desde esta visión el método experimental resultó el medio ideal para alcanzar el saber, posibilitar el dominio de la naturaleza y acceder al “bienestar humano”. El conocimiento se expresó como algo externo al sujeto; se entendió la razón por encima de la moral, lo que provocó la deshumanización de la ciencia contemporánea.
    Para C. Delgado esta noción del saber ha tenido y tiene repercusiones trascendentales en el pensamiento actual: la separación de los conceptos de sujeto y objeto, la demanda de un sujeto no histórico objetivado de operaciones lógicas, la subordinación de otros saberes, y sobre todo, el establecimiento de un tipo de relación con la naturaleza y con los otros basado en el dominio y la rapiña.
    Ante este panorama, el autor pugna por la consecución de un nuevo saber y le apuesta a la bioética para irlo conformando.

    El segundo bloque de preguntas me hace recordar tres fuentes: Introducción al pensamiento complejo de Edgar Morin(1998), un documento elaborado por Nicolás Malinowski(2011) titulado Hacia una estrategia de investigación pluridimensional; y la primera charla que tuvimos con el Dr. Pedro Cortés, asesor del curso opcional del doctorado.
    La obra de Morin nos plantea de inicio algunos puntos sobre los que hay que tener precaución cuando intentamos trabajar a partir de un pensamiento complejo: Un primer punto es no caer en una seudocomplejidad que pueda hacernos creer que por manejar parte del discurso que plantea esta forma de pensamiento, entendemos y hemos aprehendido una nueva forma de reflexionar sobre el mundo, un segundo elemento alude a la tara semántica que, menciona el autor, existe en torno al concepto de complejidad, si no revisamos este significado de manera profunda, corremos el peligro de rechazarla, perdiendo con ello el potencial reflexivo que conlleva.
    En suma, el texto nos ayuda a caracterizar el pensamiento complejo aludiendo a las siguientes características: la complejidad no conduce a la eliminación de la simplicidad; el conocimiento complejo es imposible, está animado por una tensión permanente entre la aspiración a un saber no parcelado y el reconocimiento de lo inacabado; la complejidad conlleva la acción, la acción es una apuesta y se plantea a través de una estrategia; la complejidad nos vuelve prudentes y atentos ante la mecánica aparente del determinismo.
    En el documento de Malinowski encontramos una crítica a la postura clásica cartesiana en investigación a la que el autor contrapone una visión de investigación desde la perspectiva de la complejidad. Un elemento central que toma para su revisión es el relacionado con el método, propone en este sentido un anti-método basado en la incertidumbre para evitar el confort mental. Maneja también la noción de meta-método, entendido éste como un elemento que no plantea reglas, sino un cuestionamiento sobre ellas, de ahí la importancia de utilizar la noción de estrategia por encima de la de método. Se plantean también dos formas de registro de las informaciones recabadas: el Sthendalismo y el Balzaquismo. Para finalizar el autor invita a ver la incompletud de la investigación como elemento potenciador.
    En la primera sesión a distancia que se tuvo con el Dr. Pedro Cortés se presentó la oportunidad de platicar, entre otros asuntos, de los principios del pensamiento complejo, de inicio mencionó tres como básicos: principio dialógico (enfrentar los temas como comunidad, sin diálogo no hay conocimiento complejo), principio hologramático (en la parte se puede observar el todo, podemos integrar puntos de vista diferenciados), principio de recursividad (regresar por un camino ya andado). Posteriormente se añadieron dos más: principio de incertidumbre (existe una pluralidad de objetos y realidades que se auto organizan independientemente de la voluntad de los individuos), principio rizomático (alude a relaciones azarosas o accidentales entrelazadas, el cambio en una parte afecta al todo). Lo planteado bien puede complementarse con los principios generativos y estratégicos del método que Edgar Morin plantea (2006) en Educar en la era planetaria: sistémico u organizacional, hologramático, de retroactividad, de recursividad, de autonomía –independencia, dialógico y de reintroducción del cognoscente en todo conocimiento.

    Las preguntas del tercer grupo encuentran un sustento interesante en dos obras que revisamos: Los siete saberes necesarios de Edgar Morin(1999) y el primer apartado del texto Culturología de Pedro Cortés (2010).
    La obra de Morin clarifica la dirección que debe tomar la educación hacia siete saberes necesarios en nuestros tiempos, a saber: conocer sobre el conocer para evitar errores e ilusiones, un conocimiento que permita abordar problemas globales, enseñar la condición humana, enseñar la historia de la era planetaria, la enseñanza de las incertidumbres, enseñar la comprensión y enseñar la antropoética y la ciudadanía terrestre.
    Por su parte, la obra Culturología del Dr. Pedro Cortés, en su apartado “La república de los sabios” nos dibuja una sociedad ideal, que aunque en tono irónico por el interesante estudio que plantea sobre el saber, la sociedad del conocimiento y sus implicaciones en la cultura, muy bien podría, a modo de la utopía que nos describe Eduardo Galeano, servirnos de faro en el horizonte de lo que queremos construir:
    "...Una sociedad en donde la educación cumple con sus objetivos. Se enseña eficazmente a leer, a escribir y a sumar…El trabajo particularmente en educación es bien remunerado…Las industrias se preocupan por el medio ambiente…Los medios de comunicación rara vez son tendenciosos. Se castiga y se reforma con justicia a los delincuentes. La policía no es corrupta…Nuestro barrio histórico carece de antros juveniles donde se consuma droga fina y las colonias marginales adolecen de violencia…Este es sin duda, confirmaría Leibniz, el mejor de los mundos posibles…El mundo que aquí distinguimos con claras pretensiones irónicas como “la república de los sabios” (Cortés; 2010: 9,10)
    Para P. Cortés, el acceder a una sociedad como la descrita es difícil porque sigue prevaleciendo una noción de saber restringida, equivocada y muy perjudicial para la adecuada valoración de la diversidad cultural. El saber ha sido sinónimo de información, y no de toda ella, sino información académica, organizada en departamentos generales divididos a su vez en múltiples disciplinas bajo una visión protopositivista; el saber ha sido encasillado en lugares específicos como las escuelas, bibliotecas y museos, todo lo que existe fuera de ello no puede ser saber; aún más, en una sociedad de consumo como en la que vivimos, el saber con fines utilitarios se ha proclamado como el válido. En este contexto, lo culto es producto del saber, lo demás no sólo no es reconocido, sino es altamente despreciado, ¿Cómo acceder entonces a una República de Sabios?

    Para el cuarto bloque de preguntas voy a recuperar dos documentos de N. Malinowski(2011): Propuesta de revisión e integración curricular con base al pensamiento complejo y Diferenciación de los tiempos estudiantiles e impacto sobre el proceso de afiliación.
    En el primero de ellos se plantea la necesidad de cambiar la visión del diseño curricular desde una visión positivista a una más acorde a la dinámica real. Se maneja entonces una propuesta de integración curricular que parte de la transdisciplinariedad, para que a partir de la identificación de núcleos problemáticos, definidos después de pensar los ejes transversales (temas comunes) de las diferentes disciplinas, se puedan establecer puentes integradores que permitan vincular los contenidos. El autor plantea una visión rizomática del plan curricular en el que existe una interdependencia entre los elementos que lo constituyen.
    En el segundo documento se trabaja el tema de la afiliación estudiantil como un elemento potenciador del éxito escolar, en la medida en que se pase de una noción programática de la relación con los estudios, a una estratégica. Se invita además a considerar las actividades extraescolares como elementos positivos del proceso de afiliación.

    Para la última parte de cuestionamientos, referidos a los obstáculos y nuevos marcos de pensamiento, me gustaría nuevamente retomar el texto de P. Cortés, en dos de sus apartados: Culturalización de la política y Subjetividad y diferencia cultural.
    Culturalización de la política es un ensayo en el que el autor plantea una tesis por demás interesante: Aproximándonos al estado radical de indisposición social de la burocracia puede apreciarse el fomento de estados de ánimo negativos en las relaciones entre ciudadano e institución pública.
    Para argumentarla el autor reconoce tres figuras centrales de poder en la política: el político, el funcionario y el burócrata. Los dos primeros con mayor poder que el tercero, pero los tres más allá del propio ciudadano. En lo que concierne al burócrata, está por debajo del político y del funcionario y siempre ha vivido del estado; en un país como el nuestro las instituciones públicas son atendidas por burócratas que brindan un servicio ineficiente y déspota, lo que repercute en los estados de ánimo de la ciudadanía. Un ciudadano en condiciones económicas adversas y contagiado de estados de ánimo negativos, muy difícilmente puede salir victorioso de su marginalidad.
    Para P. Cortés los estados de ánimo son fundamentales en la participación ciudadana. En este marco habría que preguntarnos, en el caso específico de las instituciones escolares, aún cuando como educadores más que burócratas somos considerados trabajadores al servicio del estado, qué tanto como docentes hemos estado contribuyendo para la generación de estados de ánimo negativos en nuestros estudiantes y en la sociedad en general, y de qué manera podemos corregir el rumbo.
    Me parece que este apartado de la obra Culturología nos da pistas fundamentales para reflexionar sobre situaciones como la apatía docente, la falta de compromiso con el trabajo, el poco afecto por lo que se hace, la irresponsabilidad, la inasistencia constante…que si bien, desde mi perspectiva, no son situaciones que puedan generalizarse a todas las escuelas y profesores, si se presentan de manera recurrente obstaculizando el planteamiento de alternativas de trabajo que tiendan a la mejora educativa.
    El apartado de Subjetividad y diferencia cultural, propone un modo de analizar las situaciones bajo la óptica de la fenomenología. Para el autor el concepto de epojé (puesta entre paréntesis de todo objeto de estudio fenomenológico) es un elemento potenciador que permite analizar los fenómenos desde diferentes ángulos. Desde la fenomenología se intenta rescatar la subjetividad, entendida ésta como la región donde tienen lugar las vivencias de conciencia.
    Se distinguen en el texto dos modelos de análisis fenomenológico: constitutivo y existencial.
    Desde la línea constitutiva el conocimiento se relaciona con los fenómenos del mundo por medio de la adquisición de la evidencia mediante el juicio, los juicios que hacemos sobre las cosas provienen de una experiencia directa con ellos; en el plano educativo el conocimiento implica la adquisición de competencias, pero cuando éstas se generan se entra en el terreno de la investigación y creación del saber a partir de la experiencia y observación subjetivas.
    Desde la línea existencial se ponen en primer plano las tonalidades afectivas, la existencia precede a la esencia, el verdadero sentido y la unidad de la fenomenología está en el interior de nosotros mismos, la fenomenología existencial se conduce por la reivindicación de la experiencia corpórea en el proceso de conocimiento, el mundo nos afecta directamente a través de la percepción.

    REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
    CORTÉS Rodríguez, Pedro (2010) Culturología. El Árbol Ediciones. Universidad Autónoma de Nuevo León.
    MORIN, Edgar (1998). Introducción al pensamiento complejo. Gedisa, Col. Hombre y Sociedad.
    MORIN, Edgar (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. UNESCO, Francia.
    MORIN, Edgar y otros (2006). Educar en la era planetaria. Gedisa Editoria, Colección Libertad y Cambio, España.
    Material preparado para el Seminario –Taller sobre Complejidad: Nuevas Estrategias de Investigación. Universidad de la Ciénega del Estado de Michoacán de Ocampo, Sahuayo, Mich. 8 al 12 de agosto de 2011.

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