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PROPUESTA DE REVISIÓN E INTEGRACIÓN CURRICLAR CON BASE AL PENSAMIENTO COMPLEJO. NICOLÁS MALINOWSKI
COMENTARIO DE AGUSTIN REYES LEMUS
Al empezar a leer el documento, tiene uno la impresión de que encontrará buenas recomendaciones para atender el desarrollo curricular desde el pensamiento complejo; y efectivamente, en la medida que nos adentramos en la lectura, encontramos como primer argumento de la propuesta, las críticas al modelo positivista y a la gran influencia que ha tenido sobre las ciencias en general y sobre la educación, sin dejar de lado el asunto de la enseñanza. Inicialmente se alude a algunos argumentos derivados de la cibernética, la epistemología y la teoría sistémica, argumentos que tuvieron gran impacto a mediados del siglo XX y pusieron en una verdadera crisis al modelo de conocimiento occidental.
Poco a poco, el texto va aclarando cómo los modelos educativos aplicados en gran cantidad de países, no se han librado de la herencia determinista y continúan reproduciendo esquemas de un pensamiento tan severamente cuestionado hoy en día. Esta tradición, nos dice Malinowski, se debe a que las ciencias de la educación se han apropiado del problema educativo, dejando fuera cualquier aporte proveniente de otros campos del pensamiento. El tema sigue siendo interesante cuando argumenta que una alternativa educativa, debe romper dicha tradición y construirse a partir de nuevas concepciones surgidas desde el plano de los paradigmas, de ahí la importancia de la trinidad conceptual complejizante autoorganización- recursividad-hologramía, para cuestionar la forma clásica de adquisición de conocimientos, la predilección que hace de éste, su legitimación como contenido educativo y la institucionalización de las formas de enseñanza.
Debido a los avances en las propias ciencias, el autor evidencia que ya no es viable el aislamiento de los fenómenos de lo que es el sistema, tampoco el establecimiento de barreras disciplinarias pues esto solo conlleva al fortalecimiento de las disciplinas. Se requiere superar la tradición occidental que legitima las ciencias y las disciplinas e intenta crear con ellas, una estructura jerárquica.
Con gran claridad expone cómo la crítica desde el plano paradigmático permitió a Edgar Morin proponer los siete saberes necesarios para la educación del futuro, generando una verdadera revolución del pensamiento. A grandes rasgos, Morin propuso que para atender los grandes retos planetarios, es necesario abandonar el contenido propio de los programas curriculares, cambiar de nivel, ir hacia el plano paradigmático y tomar los principios esenciales del pensamiento complejo como fuente de la enseñanza. Ante la dinámica determinista de las ciencias se hace necesario reconocer la influencia que tienen los paradigmas sobre las propias ciencias; influencia bien argumentada por Thomas Kuhn (1962).
Otro argumento de peso, también se sustenta en Morin, se refiere a la hiperparcelación, cuyas consecuencias son la aceleración de los eventos y la globalización de mundo, caracterizada por la irrupción a gran escala de lo superficial y su pronto paso hacia la obsolescencia. Este argumento queda expuesto de manera muy ligera pero es claro y contundente.
A partir de los argumentos anteriores, Malinowski pasa a exponer los elementos para la atender la cuestión curricular, sin embargo, aquí se vuelve un tanto decepcionante, pues sólo presenta algunas “pistas”, como él las llama, y algunos argumentos muy generales. En lo general, la propuesta no trastoca los modelos educativos que se han estandarizado a nivel mundial, sólo propone adecuar las prácticas de enseñanza con gran creatividad, sin cuestionar la base de competencias.
Respecto al sentido de la nueva formación, no propone un futuro diferente, solo preparar a las generaciones venideras, lo que hace pensar en una historia lineal. La propuesta va dejando claro que no se trata de trastocar de fondo un modelo educativo basado en competencias sólo superar el vacío que hay entre eficiencia y humanismo. De este modo, la cuestión curricular, queda muy superficial, por lo que el documento resulta malo en este asunto particular, por lo demás, tiene sustentos importantes. Pero en fin, creo que recomendable leerlo sin apasionarse.
GRACIAS POR SU LECTURA Y POR SUS OPINIONES
COMENTARIO DE AGUSTIN REYES LEMUS
Al empezar a leer el documento, tiene uno la impresión de que encontrará buenas recomendaciones para atender el desarrollo curricular desde el pensamiento complejo; y efectivamente, en la medida que nos adentramos en la lectura, encontramos como primer argumento de la propuesta, las críticas al modelo positivista y a la gran influencia que ha tenido sobre las ciencias en general y sobre la educación, sin dejar de lado el asunto de la enseñanza. Inicialmente se alude a algunos argumentos derivados de la cibernética, la epistemología y la teoría sistémica, argumentos que tuvieron gran impacto a mediados del siglo XX y pusieron en una verdadera crisis al modelo de conocimiento occidental.
Poco a poco, el texto va aclarando cómo los modelos educativos aplicados en gran cantidad de países, no se han librado de la herencia determinista y continúan reproduciendo esquemas de un pensamiento tan severamente cuestionado hoy en día. Esta tradición, nos dice Malinowski, se debe a que las ciencias de la educación se han apropiado del problema educativo, dejando fuera cualquier aporte proveniente de otros campos del pensamiento. El tema sigue siendo interesante cuando argumenta que una alternativa educativa, debe romper dicha tradición y construirse a partir de nuevas concepciones surgidas desde el plano de los paradigmas, de ahí la importancia de la trinidad conceptual complejizante autoorganización- recursividad-hologramía, para cuestionar la forma clásica de adquisición de conocimientos, la predilección que hace de éste, su legitimación como contenido educativo y la institucionalización de las formas de enseñanza.
Debido a los avances en las propias ciencias, el autor evidencia que ya no es viable el aislamiento de los fenómenos de lo que es el sistema, tampoco el establecimiento de barreras disciplinarias pues esto solo conlleva al fortalecimiento de las disciplinas. Se requiere superar la tradición occidental que legitima las ciencias y las disciplinas e intenta crear con ellas, una estructura jerárquica.
Con gran claridad expone cómo la crítica desde el plano paradigmático permitió a Edgar Morin proponer los siete saberes necesarios para la educación del futuro, generando una verdadera revolución del pensamiento. A grandes rasgos, Morin propuso que para atender los grandes retos planetarios, es necesario abandonar el contenido propio de los programas curriculares, cambiar de nivel, ir hacia el plano paradigmático y tomar los principios esenciales del pensamiento complejo como fuente de la enseñanza. Ante la dinámica determinista de las ciencias se hace necesario reconocer la influencia que tienen los paradigmas sobre las propias ciencias; influencia bien argumentada por Thomas Kuhn (1962).
Otro argumento de peso, también se sustenta en Morin, se refiere a la hiperparcelación, cuyas consecuencias son la aceleración de los eventos y la globalización de mundo, caracterizada por la irrupción a gran escala de lo superficial y su pronto paso hacia la obsolescencia. Este argumento queda expuesto de manera muy ligera pero es claro y contundente.
A partir de los argumentos anteriores, Malinowski pasa a exponer los elementos para la atender la cuestión curricular, sin embargo, aquí se vuelve un tanto decepcionante, pues sólo presenta algunas “pistas”, como él las llama, y algunos argumentos muy generales. En lo general, la propuesta no trastoca los modelos educativos que se han estandarizado a nivel mundial, sólo propone adecuar las prácticas de enseñanza con gran creatividad, sin cuestionar la base de competencias.
Respecto al sentido de la nueva formación, no propone un futuro diferente, solo preparar a las generaciones venideras, lo que hace pensar en una historia lineal. La propuesta va dejando claro que no se trata de trastocar de fondo un modelo educativo basado en competencias sólo superar el vacío que hay entre eficiencia y humanismo. De este modo, la cuestión curricular, queda muy superficial, por lo que el documento resulta malo en este asunto particular, por lo demás, tiene sustentos importantes. Pero en fin, creo que recomendable leerlo sin apasionarse.
GRACIAS POR SU LECTURA Y POR SUS OPINIONES
